El tema de la diversidad siempre me ha parecido apasionante porque lejos de encontrar una dicotomía entre yo y otros veía una puerta que se me abría al derecho a ser yo misma, diferente, única.
Con el tiempo, sin embargo, me dí cuenta de que la diversidad de la que los textos y libros solían hablar nada tenía que ver con esa puerta mágica que yo me había imaginado, sino más bien hablaba de diagnósticos, carencias, dificultades…
Atraída por el tema, decidí investigar otras formas de entender el mundo y su diversidad, buscar aquellas miradas poliédricas que me plantearan la posibilidad de partir de una individualidad aceptada (fuera la que fuese) que pueda desarrollarse en el mundo de forma libre, autónoma y sobre todo feliz. Y las encontré.
Leí a profesionales que ven con otros ojos, que en lugar de hablar de prejuicios hablan de escuchar y mirar al otro, que arrinconan las etiquetas y miran al otro de frente, de igual a igual, con la curiosidad de un niño que descubre las maravillas del mundo. Y entendí que en realidad somos todos pequeñas piezas imprescindibles de una misma red, que nada se puede entender ni abordar si no es desde un enfoque holístico,sistémico, que nada puede funcionar sin el respeto a la diversidad.
No creo ser yo quien para echar la primera piedra y poner en tela de juicio las capacidades o conductas de nadie, su forma de estar en el mundo o con quien quiere compartir sus años. Por eso, creo que me aporta mucho más escuchar, informarme, entender…porque creo que todo eso me hace ser más respetuosa, más sabía, me hace crecer.
Porque tú y yo y el otro tenemos muchas cosas diferentes pero también muchas en común. Y mi esencia y vivencia no es la misma si todos los otros aquellos diversos a mí no la enriquecen a diario.
Sonia Cámara es psicopedagoga experta en TIC’s e inclusión y dinamiza e imparte varios programas formativos para docentes en #aireaelearning, entre ellos Diversidad en el aula, un curso 100% on line que ofertamos junto con IDDocente y que tiene abierta la inscripción actualmente.
Gracias por la reflexión. Muy identificado con “escuchar y mirar al otro de frente» y con curiosidad desprejuiciada. Al otro con nombre y apellidos, a la persona. Mirada que nos dota de dignidad que incluye y nos incluye. Más allá de respetar la diversidad aceptarla radicalmente como propia, porque también nos conforma.
Hola Iñigo!
Gracias por tu comentario. La verdad es que es eso justamente la diversidad; poder constituirnos tal y como somos, poder ver la vida desde muchos ángulos diferentes y enriquecedores, poder desarrollarnos sin miedo a no encajar en estereotipos. El día en el que la mirada de la que hablamos sea desde el descubrir y respetar habremos dado un gran paso todos.
Es relativamente fácil descubrir cuales son las necesidades educativas especiales de una persona en silla de ruedas o con problemas de visión. Lo que resulta más difícil, por la falta de conocimiento sobre esos temas, es descubrir qué necesidades educativas específicas tienen, por ejemplo, una persona con «tempo cognitivo lento» o sobredotación intelectual. Porque simplemente los profesionales de la educación «no lo ven» . Las sobreexcitabilidades no son apenas visibles, ni las crisis existenciales, ni las diferencias neurológicas (anatómicas y/o funcionales) que provocan un modo diferente de percibir y «ser» en el mundo. Es imperioso que se aprenda a detectar los pequeños indicios, que a menudo son mal interpretados (cayendo en «etiquetar» incorrectamente: «vago», «manipulador», «mosca de verano»… he oído tantas y tan dañinas… ) y aprender qué podemos hacer desde nuestra labor docente para que puedan desarrollar su potencial sin los problemas actuales. Si hay interés, es posible. Hagámoslo realidad.
Hola Inma!
Gracias por tu comentario. Totalmente de acuerdo, cada persona percibimos y sentimos el mundo de un modo, por eso me emociona pensar que existen esas miradas poliédricas que me hacen reparar en cosas que desde mi enfoque individual no siempre veo. Las etiquetas nunca hacen bien a nadie, ni a la persona que etiqueta ni a la etiquetada. A las primeras porque se dejan esos matices que comentas, los cuales son imprescindibles para poder entender al otro. A los etiquetados, por supuesto, no trae sino estigma y negación de su persona con todas sus potencialidades.
En el día a día docente, es posible como indicas ver que las particularidades y sacarles chispas, consiguiendo que las idisioncrasias de cada cual sean granitos de arena que sumen y aporten riqueza y variedad al conjunto.