Testimonios reales sobre la experiencia gamificada – Qué dicen sobre la gamificación de airea

Queremos compartir la voz de tres participantes que han tenido la generosidad de responder a estas cuestiones sobre la gamificación de nuestros cursos:

¿Qué destacarías de los juegos propuestos en el curso?

Yo los he utilizado para obligarme a coger el compromiso de al menos probar y crear algo, aunque fuese poco, en el período que establecían. Disponía de muy poco tiempo para dedicarle al curso y esto me ha servido de revulsivo, para no dejarlo para “mañana”. Nerea Ormaechea

La forma de implicar al conjunto de participantes del curso en la construcción de un espacio en común (un banco de recursos, un glosario de términos y una zona de donde compartir las producciones propias y visualizar las de las/os compañeras/os).   Leire Losada

En líneas generales, han sido dinamizadores muy efectivos de la actitud de búsqueda y organización de información y un incentivo grato y distendido para el descubrimiento de recursos educativos de índole muy variada. Cuando, además, han demandado la creación de algún recurso, he encontrado en ellos la oportunidad de hacer algo que pudiera ser de utilidad para la comunidad educativa en la que trabajo. Jose Maria Gonzalez

¿Te ha resultado complejo participar?

 

No, de hecho me ha parecido entretenido.   Leire Losada

No, estaban planteados de forma sencilla. Nerea Ormaechea

Técnicamente, en absoluto. Nos lo habéis dejado todo “en bandeja”. Las únicas dificultades han venido, en todo caso, de la necesidad de hacer compatible el marco de las obligaciones laborales cotidianas con el compromiso de participar de un modo productivo en el curso en que han estado enmarcados los juegos que nos habéis propuesto. Pero, por lo demás, no han planteado dificultades para su desarrollo y creo que nos han dejado la impresión de haber contribuido a despejar otras dificultades en el futuro. Jose Maria Gonzalez Estoquera

¿Cuál es tu opinión sobre la gamificación en educación?

 

Es una opción más, que de estar planteada de una forma constructiva puede ser un buen añadido  para motivar y añadir una “chispa”. Pero el tema de la recompensa tiene también el riesgo de rozar un modelo conductista, así que creo que todo depende del enfoque y el contexto.

Nerea Ormaechea

Me parece una buena técnica mediante la cual implicar y motivar al alumnado en su proceso de aprendizaje, además favorece la interacción y la creación de espacios de construcción comunes. 

Leire Losada

El recurso de aprender jugando tiene un largo recorrido en educación y aunque el marco de las enseñanzas formales -con su carga de responsabilidad social en la tarea de formar a la ciudadanía del futuro, su compromiso ineludible con el logro de competencias decisivas para su desarrollo personal y profesional, o su carácter de reto competitivo para alcanzar una buena posición en ciertas líneas de salida-, nos ha alejado de sus virtudes; recuperar, dinamizar o actualizar el espíritu y el propósito de una educación que formando, además, divierta, motive o incentive la aproximación al conocimiento, debiera ser un objetivo de todo proyecto educativo.

Dar un toque lúdico a los procesos de enseñanza-aprendizaje no es perder el tiempo, sino recuperar el que puede perderse cuando se vuelven lo suficientemente áridos como para suscitar el fantasma del absentismo o el abandono escolar. No es tampoco erosionar la seriedad de un proceso trascendental en la vida de las personas, sino acercarlas al hecho fundamental de que toda dedicación productiva para nuestro crecimiento como individuos es tanto más seria y relevante cuanto más nos apasiona, nos atrapa y nos compromete, en lo esencial, con una vida emocionante.

La cuestión fundamental radica en no entender lo lúdico como alternativa excluyente del compromiso esforzado con nuestra formación, no entender la vida en el paraíso como el contrapunto incompatible con la maldición bíblica del trabajo, sino como un desafío que logre integrar una modesta parte del paraíso en la tarea cotidiana de la supervivencia.

Al fin y al cabo, los fines más importantes en nuestras vidas, como la libertad, la felicidad o la autonomía personal, no son definibles en términos absolutos, son siempre solo un remedo -aunque glorioso- de aquello con lo que soñamos.

No nos engañemos, nadie se divierte realmente si su diversión no es, en algún sentido, productiva o formativa en lo personal y, por ello, nadie se educa de verdad si el esfuerzo que supone no resulta, en algún sentido, divertido y atrayente.

Una enseñanza que usa el juego admite de modo implícito una dialéctica entre ambos polos que intuye en ciertas formas de diversión huera, tan propias de nuestros días, la sombra de la alienación y, al tiempo, en ciertas formas envaradas de educar, el vértigo de lo anodino. Jose Maria Gonzalez

Todos nuestros cursos se desarrollan a medida para centros y redes escolares.  

La novedad de nuestro catálogo es “Gamificación en educación: nuevos horizontes de aprendizaje”.

Si te interesa ¡no dudes en escribirnos a airea@airea-elearning.net o llamarnos a la oficina!