Testimonios reales sobre la experiencia gamificada – Qué dicen sobre la gamificación de airea
Queremos compartir la voz de tres participantes que han tenido la generosidad de responder a estas cuestiones sobre la gamificación de nuestros cursos:
¿Qué destacarías de los juegos propuestos en el curso?
¿Te ha resultado complejo participar?
¿Cuál es tu opinión sobre la gamificación en educación?
Es una opción más, que de estar planteada de una forma constructiva puede ser un buen añadido para motivar y añadir una “chispa”. Pero el tema de la recompensa tiene también el riesgo de rozar un modelo conductista, así que creo que todo depende del enfoque y el contexto.
Me parece una buena técnica mediante la cual implicar y motivar al alumnado en su proceso de aprendizaje, además favorece la interacción y la creación de espacios de construcción comunes.
Dar un toque lúdico a los procesos de enseñanza-aprendizaje no es perder el tiempo, sino recuperar el que puede perderse cuando se vuelven lo suficientemente áridos como para suscitar el fantasma del absentismo o el abandono escolar. No es tampoco erosionar la seriedad de un proceso trascendental en la vida de las personas, sino acercarlas al hecho fundamental de que toda dedicación productiva para nuestro crecimiento como individuos es tanto más seria y relevante cuanto más nos apasiona, nos atrapa y nos compromete, en lo esencial, con una vida emocionante.
La cuestión fundamental radica en no entender lo lúdico como alternativa excluyente del compromiso esforzado con nuestra formación, no entender la vida en el paraíso como el contrapunto incompatible con la maldición bíblica del trabajo, sino como un desafío que logre integrar una modesta parte del paraíso en la tarea cotidiana de la supervivencia.
Al fin y al cabo, los fines más importantes en nuestras vidas, como la libertad, la felicidad o la autonomía personal, no son definibles en términos absolutos, son siempre solo un remedo -aunque glorioso- de aquello con lo que soñamos.
No nos engañemos, nadie se divierte realmente si su diversión no es, en algún sentido, productiva o formativa en lo personal y, por ello, nadie se educa de verdad si el esfuerzo que supone no resulta, en algún sentido, divertido y atrayente.
Una enseñanza que usa el juego admite de modo implícito una dialéctica entre ambos polos que intuye en ciertas formas de diversión huera, tan propias de nuestros días, la sombra de la alienación y, al tiempo, en ciertas formas envaradas de educar, el vértigo de lo anodino.
Todos nuestros cursos se desarrollan a medida para centros y redes escolares.
La novedad de nuestro catálogo es “Gamificación en educación: nuevos horizontes de aprendizaje”.
Si te interesa ¡no dudes en escribirnos a airea@airea-elearning.net o llamarnos a la oficina!