Desde hace varios años compatibilizo la actividad de consultoría y formación en comunicación y marketing digital; creo en la fuerza de la conexión en red y apuesto por la construcción de comunidades, externas e internas. Llevado a la práctica, significa aplicar en los proyectos una metodología basada en propiciar y mantener espacios de interacción (presenciales y digitales) donde compartir experiencias, colaborar, contrastar y buscar apoyos mutuos que ejerzan de palanca para pasar a la acción.
Esta metodología queda reflejada en muchos de los proyectos de los que formo parte. Sin embargo, hasta hace pocos meses no había participado en ningún programa formativo en el que se diera, de manera natural, esta combinación de espacios.
En la actualidad, y a través de la tecnología, accedemos a contenidos -en cualquier formato- a la hora y en lugar que deseamos. Es, por ejemplo, lo que nos dice YouTube: “ésta es tu- televisión/you-tube; no fijamos horario, tú eliges el momento”.
Este mismo planteamiento podemos trasladarlo a otros ámbitos de actividad y, por supuesto, a la actividad formativa. Cada vez se hace más necesario contar con plataformas online que ofrezcan programas formativos ajustados a las necesidades del alumnado, con contenidos trabajados, un profesorado atento para dinamizar y dar respuesta rápida y eficiente y una buena coordinación de itinerarios y módulos.
Itziar Kerexeta me propuso hace algún tiempo comenzar un curso online sobre comunicación digital dirigida a responsables TIC de la red de centros Kristau Eskola, en el marco del programa Especialista en Aprendizaje y Tecnología en Educación. He de reconocer que me costó un pelín hacerme a la idea, no tanto por el funcionamiento de la plataforma, sino por el itinerario de contenidos a plantear desde un espacio digital.
Una vez iniciado el curso, encontré la posibilidad de dinamizar una comunidad interna con voluntad de compartir, contrastar, colaborar y buscar apoyos. Una forma diferente de tratar inquietudes, aprendizajes y dudas entre personas de distintos centros con necesidades muy similares. Y también, una oportunidad de propiciar y mantener esa comunidad conectada, una vez finalizado el periodo formativo, a través de canales externos.
Esta experiencia me hizo ver algunas de las ventajas de este formato, que adquiere un especial significado en personas que quieren compaginar la formación con la vida laboral y familiar. En ocasiones, los horarios de las clases presenciales conviven a duras penas con unas agendas repletas de citas e imponderables. Por lo tanto, la flexibilidad horaria es una de los beneficios más importantes; poder realizar la formación cuando uno/a quiera/pueda, marcando ritmo propio de aprendizaje. La puerta del aula está abierta; pase usted cuando quiera.
Otro valor añadido de esta modalidad formativa reside en la posibilidad de integrar materiales en diferentes soportes -pdf’s, vídeos, enlaces web o audios, entre otros- lo que permite asimilar el conocimiento por la vía que mejor se ajusta a cada cual.
La interacción a través de Moodle facilita realizar un seguimiento personalizado de los temas tratados, profundizar en la medida en la que se demanda, responder a las dudas, fomentar el debate y prestar atención a los avances de cada alumno/a.
En la parte que me toca, encontré también un importante punto de aprendizaje; toda comunidad tiene vida propia y hay mucho que aprender de cada una de las personas que la integran.
Con una segunda edición ampliada, reitero mi convicción de combinar también los espacios presenciales y digitales en los programas formativos y agradezco a Itziar Kerexeta la confianza depositada para convertirme en una de los siete magníficos.
Dicho esto, ¡larga vida a airea e-LEARNING!, un proyecto profesional que nace con una comunidad en marcha.
Arantxa Sainz de Murieta @arantxasdm
Responsable de Comunicación y Marketing en Komunikatik.
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