En los últimos tiempos,  a raíz de la universalización del acceso a la información y el aumento de la conectividad principalmente a través de los Smartphones, el paradigma educativo y sistema de aprendizaje está afrontando un reto histórico en el que entre otros pilares, la difusión de la información y la memorística pierden su protagonismo tradicional.

Este importante hito ligado a la irrupción de la tecnología nos hace reparar en los tiempos líquidos, la conexión entre lo formal y lo no formal, el aprendizaje y los entornos se cruzan, y generan situaciones en algunos casos paradógicas (qué aprende mi alumnado y qué pretendía yo enseñar) y nuevas oportunidades para la reflexión y el encuentro entorno al aprendizaje y su enfoque colaborativo en educación.

Puedes parar 1 minuto de leer y reflexionar sobre cuántos minutos has dedicado a leer o ver una pantalla hoy, ayer, antes de ayer? Cuántos de estos minutos, horas, están orientados a aportar información, producir, crear, y cuántos a informarte, recibir, leer, ver, “nutrirte”? Sin duda la evidencia es que hoy en día, y seguimos en aumento, la cantidad de tiempo dedicado a la interacción a través de redes digitales y dispositivos móviles es inmensamente superior al que dedicábamos hace 5 o 10 años.

Parto de dos premisas que integran el aprendizaje que con una base profunda podemos destilar de forma sencilla:

¿Dónde aprendemos? En el entorno, en el contexto, basándome en la teoría de Vigotsky  y la zona de desarrollo próximo. Para qué me sirve leer determinadas fuentes de información en las redes? Con que finalidad asisto a un curso de formación? Cuál es el entorno de hoy en día: el digital. Vayamos al entorno en el que están las personas, no intentemos atraerlas a modelos desfasados.

¿Cómo aprendemos? Cuando damos respuesta a nuestras necesidades y motivaciones. La motivación y el aprendizaje son uno y aunque existen muchos estudios, publicaciones  y evidencias sobre ello no hace falta ir a estudios empíricos para demostrarlo, si hay expectativa y se escucha, si aprendo y aplico, si hay motivación y transferencia al puesto de trabajo, podremos hablar de APRENDIZAJE,  de lo contrario, la formación complementaria será una línea más en el currículum.

Hoy en día dedicamos una media de 50hrs por persona y año a la formación complementaria o actualización para la mejora de nuestra capacitación profesional. Cuántas de estas horas se invierten realmente en aprender? Cuánto de este aprendizaje se transfiere al puesto de trabajo? Cuántas veces vamos a una sesión presencial y por muy interesante que resulte nuestra cabeza está en “lo que he dejado en la oficina, el conflicto que he tenido con ese compañero?”

Las propuestas formativas on line y el mundo del e-Learning en sí, permiten que cada persona pueda realizar su itinerario formativo en base a sus momentos y realidades, decidiendo en qué invertir su tiempo y energía en mayor o menor grado en los diferentes retos que se plantean. Desde su casa, desde su hábitat y en el contexto/entorno digital. Junto con otros compañeros/as que comparten el viaje. Accediendo a experiencias reales, trabajo de casos y ejemplos de formas de hacer en otros espacios similares a los que se enfrenta. Haciendo real el aprendizaje desde el entorno digital. Estos son algunos de los motivos que hacen que en airea-eLearning  confiemos en la Formación on line, hemos comprobado que su impacto en el aprendizaje desde un proceso cuidado y una metodología específica #ACSED es en muchos casos superior al obtenido en experiencias presenciales.

Y gracias a las personas que confiáis en nuestras propuestas, seguimos aprendiendo. Seguramente, las que mas aprendemos. Hurrengoa izango? You are wellcome 🙂

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